sábado, 14 de septiembre de 2019

Hablemos de Series: Game of Thrones [Reseña Especial]


¡ATENCIÓN!
Esta publicación contiene temáticas relacionadas con la sexualidad y la violencia, si usted es sensible a este tipo de contenidos se recomienda que no entre a leer ni ver. Trate también de evitar que sus menores entren aquí. Muchas gracias.


El 2019 es el año de los finales. Se esperaron, y se esperan aún varias finalizaciones para distintas historias muy queridas y con mucho público dentro del universo geek del entretenimiento. En el cine, por ejemplo, tuvimos el tan esperado cierre de la historia de los Vengadores del Universo Cinematográfico de Marvel, con su cuarta entrega, "Endgame" (de lo que estaré comentando al respecto muy pronto en este mismo blog). Este año también llega el noveno y último episodio de la saga cinematográfica de Star Wars (también dedicaré un espacio para eso en este blog), la segunda parte de la versión de Andy Muschietti de IT (lo próximo que escribiré en este blog) o la tercera y última entrega de la trilogía "Glass" de M Night Shyamalan (otra de las próximas cosas que veremos en este blog). Pero en la televisión el gran soberano del entretenimiento geek es Game of Thrones, o Juego de Tronos, basada en la saga literaria "Canción de Hielo y Fuego" del gran escritor George R R Martin. Este 2019 fue el año en que muchísima gente de todo el mundo esperó para ver su última temporada, el final de una serie que desde hace casi una década enamoró a millones al rededor del globo.

Pero antes de hablar de la última temporada y del final de la serie, me gustaría dedicar un informe especial a toda la serie en general, desde su primer temporada, y a través de estos últimos nueve años.

Nombre: Game of Thrones.
Juego de Tronos, en español.
Año: 2011, primera temporada (finalizada en 2019).
Temporadas: Ocho (73 episodios).
Creadores: David Benioff y D. B. Weiss.
Basada en: "A Song of Ice and Fire" (Canción de Hielo y Fuego) de George R. R. Martin.
País: Estados Unidos, aunque fue filmada también en Irlanda del Norte, Croacia, Islandia, Marruecos, España, Malta, Escocia y Brasil.
Género: Fantasía medieval, drama, aventuras, suspenso, drama político, aventura épica.
Productoras: HBO, Television 360, Grok! Television, Generator Entertainment, Startling Television, Bighead Littlehead, Warner Bros. Television.



Basada en la polémica y muy criticada obra de George R. R. Martin, la cadena HBO y los directores David Benioff y D. B. Weiss se arriesgaron mucho al asumir la responsabilidad de adaptar al formato televisivo una saga literaria como esta. Lamentablemente yo aún no leí las novelas en las que se basaron para crear esta serie, y de hecho en breve comenzaré a leer esta saga con su primer libro, Juego de Tronos, que le da nombre al programa de tv, pero es sabido que además de sus peleas épicas y sus seres fantásticos (como seres de hielo, muertos vivientes, lobos huargos y dragones voladores), las páginas escritas por Martin también contienen mucha crueldad, momentos impactantes con mucho gore, escenas explícitas de sexo, tanto consentido como violaciones, torturas, matanza y contenido político. Todo esto, adaptado a la pantalla chica, podría haber sido un gran problema, y de hecho lo fue, ya que a pesar de tener tantos fanáticos y seguidores, también recolectó mucho odio, críticas negativas y pedidos de censura.





Empecemos por el comienzo. ¿Qué es Juego de Tronos? ¿De qué se trata su historia?
Básicamente se podría resumir a que la acción se da lugar en un planeta ficticio donde todo gira alrededor de una gran potencia mundial, el país Poniente (Westeros en inglés). Allí existen Siete Reinos que son gobernados por un rey, o reina, dependiendo de la ocasión, que se sienta en el mítico Trono de Hierro, un asiento elaborado con muchísimas espadas fundidas con fuego de dragón.
¿Dragón? Sí, ya ahondaremos en eso luego. Lo importante es que la mayoría de los problemas que van apareciendo a través de la serie son políticos. La muerte del Rey de los Siete Reinos moviliza toda una revolución de posibles herederos al trono, que luchan entre sí, tanto de forma estratégica como de forma literal, por sentarse en el legendario Trono de Hierro. Esto desata toda una guerra fría en la que se ven involucrados nobles, políticos, sicarios, soldados, guerreros, e incluso algunos hechiceros, brujas y otros fanáticos religiosos con poderes extraños.
Cerca de esto, también se ven muchos conflictos familiares entre miembros de las diferentes casas nobles de Poniente y otras partes de ese mundo.
Y, por último, un conflicto mucho más grande y peligroso, que es la llegada de una mística horda de seres espectrales, algunos hechos de hielo, otros muertos andantes, que llegan desde el lejano y misterioso Norte, amenazando con atravesar el altísimo Muro de Hielo y entrar en los Siete Reinos para sembrar el caos y tomar el poder por la fuerza.





¿Por qué Game of Thrones es una serie tan buena?
O, al menos, por qué tuvo tanto éxito durante los últimos nueve años.

Bueno, a pesar de que Juego de Tronos puede estar catalogada como una obra de "Fantasía", y eso automáticamente hace que la gente se imagine historias al estilo de El Señor de los Anillos, Harry Potter o Las Crónicas de Narnia, la realidad es que Juego de Tronos, o la saga de novelas "Canción de Hielo y Fuego" está catalogada como "Fantasía para adultos". ¿Cuál es la diferencia? Bien, a pesar de que la serie de Game of Thrones tiene algunos pocos elementos fabulosos o "mágicos", como unos lobos gigantes llamados "huargos" que tienen apariciones esporádicas y una moderada relevancia para la historia, unos gigantes que aparecieron en muy pocos episodios de las últimas tres temporadas, unos "zombies de hielo" que aparecen una o dos veces por temporada, unos dragones que aparecen dos minutos por capítulo para que no te olvides de que existen (y teniendo en cuenta que la existencia de dichos seres vivientes imaginarios podría estar explicada con el argumento de que la historia está ambientada en otro planeta que no es el nuestro) y una "bruja" que hace alguna cosa muy espectacular de vez en cuando y el resto del tiempo parece un fraude total, o una fanática religiosa desquiciada (que es lo mismo)... A pesar de esos detalles que lo obligan a ser etiquetados como "fantasía", la verdad es que la historia se centra más en cuestiones políticas, conflictos familiares, guerra, problemas diplomáticos, tiene una carga muy grande de crítica social, se enfoca  mucho en la psicología y los sentimientos de sus personajes y cuenta muchas situaciones hipotéticas de discriminación, traición, hipocresía, crueldad y honestidad cero que bien se podrían aplicar más a momentos típicos de la vida cotidiana o de la historia real de la humanidad que a un cuento de hadas.
Acá no hay elfos arqueros, enanos mágicos, duendes, pociones, orcos, hechiceros poderosos, hobbits, demonios (dragones sí, jaja) ni la lucha entre la luz y el lado oscuro, ni entre el bien y el mal. Es decir, la magia no aparece como aquello hermoso que será la solución para todos los problemas que enfrenten los protagonistas, si no que más bien aparece como lo extraño e inexplicable que pone trabas a los protagonistas, y todos los problemas deben ser resueltos utilizando la cabeza y recursos humanos reales.





En Juego de Tronos hay historias de guerra, conflictos, amor, odio, problemas familiares, abusos de poder, mentiras, estafas, traiciones, muertes injustas de inocentes, gente que sufre y otros que se aprovechan de los débiles. No hay héroes ni villanos, es como la vida misma, un fiel reflejo.
Además de que el staff de personajes no es el típico, acá los protagonistas no son el muchacho honesto y bello que debe rescatar a su débil amada princesa de las garras de un villano cruel que al final tendrá su merecido y todos vivirán felices para siempre. Acá los "buenos" no siempre ganan y la justicia no prevalece.
El reparto de personajes (que es bastante amplio y va cambiando a medida que se van generando bajas) está conformado por enanos (pero no del tipo de enanos guerreros de Tolkien, si no más bien personas comunes con enanismo o acondroplasia), gordos, paralíticos, personas con conflictos de identidad de género, discapacitados mentales, prostitutas, bastardos, huérfanos, homosexuales, estafadores, mafiosos, piratas, hijos productos del incesto, víctimas de abuso durante su infancia, traumados, fanáticos religiosos, personas de todas las etnias, sexos, colores, tamaños, ideales, procedencias, clases sociales, historias de vida, creencias religiosas y personalidades.
Y la historia que se cuenta no se centra en la lucha entre el lado bueno y luminoso de la vida contra el lado malvado y oscuro, si no que más bien son muchas personas grises, con diferentes ideales o metas, que compiten entre sí o simplemente tratan de sobrevivir. A veces quieren hacer cosas buenas y sale mal, se equivocan, o simplemente son "malos" pero logran vencer, a los "buenos" pueden estar impulsados por la venganza, o el deseo de justicia, y todo se convierte en una ensalada donde cada personalidad está bien justificada, y los personajes se sienten muy realistas, preocupantemente reales, incluso la chica que tiene tres dragones de mascotas, el muchacho que pelea contra zombies o la bruja que ve el futuro en las llamas de una fogata. Todos son humanos con finalidades muy lógicas y humanas.




Y a pesar de que George Martin, escritor de la saga original de estas novelas, era lector de novelas como las de Tolkien, él quiso ir más allá y agregarle más realismo a la fantasía épica. Siendo pionero así del nuevo escalón literario catalogado como "fantasía para adultos". En la que cada personaje no actúa como héroe o villano, si no como personas que actúan como les parece o como pueden dependiendo de la situación, a veces haciendo cosas buenas o a veces haciendo cosas malas. Donde se cuestionan y analizan las razones morales y políticas, una historia que carece de cualquier tipo de censura y donde podemos hallar injusticias varias, muertes, sangre, torturas crueles, mutilaciones y donde no se censura el sexo. Sobre la censura, el sexo y la sangre volveré más abajo en esta reseña, ya que no es lo único que convierten a esta historia en una obra con contenido "maduro", si no también la complejidad de sus situaciones y de la psicología de sus personajes. Un reparto coral de lo más variopinto, reflejando muy bien lo que es la realidad, con su inmensa diversidad de personas muy diferentes, tanto por fuera como por dentro.





Para hablar con propiedad sobre Game of Thrones, hay que hacer una clara separación que diferencia de forma notable dos bloques. Por un lado se encuentran las temporadas de la 1 a la 5. Y por el otro están las tres últimas temporadas en un bloque distinto.
¿Por qué? Simple. De la primera a la quinta temporada, los realizadores de la serie tenían como soporte en el cual basarse a las novelas de Martin. A partir de la sexta temporada, los directores de la serie se quedaron sin material original del cual adaptar eventos de la historia, por lo que comenzaron a inventarse todo lo que le ocurría a los personajes que ya habían estado desarrollando durante cinco años.
De todas formas, hay que mencionar que las primeras temporadas tampoco están adaptadas de forma completamente fiel, muchos sucesos de las novelas fueron cambiados, o incluso eliminados en la adaptación, al igual que varios personajes, que no aparecen, se les cambia el nombre o se fusionan con otros para crear personajes nuevos, exclusivos de la versión televisiva, y otros sufrieron drásticos cambios en su apariencia física con respecto a la descripción de sus homónimos de los libros.
Aún así, y a pesar de todos esos cambios, las primeras cinco temporadas de la serie conservan la esencia principal de la historia original, contada en las novelas. Aunque yo todavía no leí los libros, esto lo sé porque es lo que destacan constantemente las personas que leyeron las novelas, muchos incluso antes de que comenzara a emitirse la serie.
Además, no podemos olvidar que el autor de las novelas estuvo involucrado directamente con la serie durante los primeros cinco años, en los que incluso escribía el guión completo de todo un capítulo por temporada, y generalmente el capítulo escrito por él terminaba siempre siendo el mejor capítulo de toda esa temporada.

Pero cuando termina la quinta temporada, de la misma manera en la que termina el quinto libro, los realizadores de la serie se vieron en la obligación de comenzar a inventar la historia de ahí en adelante si querían continuar con su exitoso y millonario proyecto. Es por eso que, si bien no son completamente horribles o desastrozas, las siguientes temporadas bajan muchísimo su nivel de calidad artística y narrativa, caen constantemente en el famoso "fanservice" (darle a los fans lo que quieren ver, sacrificando muchas veces la lógica o la credibilidad de la obra) y explotan más los recursos más confiables del lenguaje televisivo. 





Antes de seguir "dándole palos" a las últimas tres temporadas de esta genial y legendaria serie de HBO, hay que remarcar todo lo bueno que tiene a nivel artístico y técnico. Hay que reconocer primero que nada las grandes actuaciones que se destacan en esta serie. Actores como Sean Bean (Eddard Stark)Nikolaj Coster-Waldau (Jaime Lannister), Peter Dinklage (Tyrion Lannister), Emilia Clarke (Daenerys Targaryen), Lena Headey (Cercei Lannister), Kit Harrington (Jon Snow), Sophie Turner (Sansa Stark), Maisie Williams (Arya Stark), Jack Gleeson (Joffrey Baratheon), Iwan Rheon (Ramsay Bolton), Aidan Gillen (Petyr Baelish), Carice Van Houten (Melisandre), Alfie Allen (Theon Greyjoy) o Gwendoline Christie (Brienne de Tarth), entre otros tantos, se destacan por sus increíbles y muy realistas interpretaciones, creando personajes que terminan siendo realmente muy queribles o muy odiables por los espectadores. Además, de la parte actoral e interpretativa, todo lo que tiene que ver con la fotografía, escenografía y vestuario, así como también el maquillaje, es realmente impresionante. La música (a cargo del genial Ramin Djawadi) es sublime, dando como resultado melodías que quedaron en la cultura general grabadas a fuego, siendo la más destacable la que se escucha en la intro del show.
El trabajo de edición y de efectos especiales es excelente también, y ni que hablar del guión. Realmente el trabajo de todo el equipo que hay detrás se ve incluso en los capítulos con peor recepción por parte del público, ya que aunque lo que ocurre en el episodio sea espantoso o tonto, la música siempre es excelente, la fotografía y la escenografía mantienen la calidad, y los efectos especiales igual. 






Otra cosa a destacar de esta serie es que, como se desarrolla en un mundo ficticio que no es nuestra Tierra, el equipo artístico y conceptual se encargó de recrear un mundo con lenguas exclusivas (como el idioma de los dothraki o los dialectos valyrios), con estéticas propias, tanto en vestimenta como en arquitectura o diseño de barcos y máquinas. Incluso la forma de lookearse, como sus cortes de cabello, barba o el hecho de que las mujeres no se maquillan, son detalles que le dan un toque único. Algunas costumbres, como la de quemar en una hoguera a los muertos, sus creencias religiosas, el modelo de sistema político, varias reglas sociales o el hecho de que parece que no existe la ropa interior, entre otras tantas curiosidades, crean un universo audiovisual diferente, aunque creado a partir de una mezcla de muchísimas cosas ya existentes en la realidad. Todo esto le da un aire exótico, y a su vez tremendamente atractivo para los espectadores. 






Por otro lado, es muy interesante la parte de la exploración psicológica, ideológica y emocional de los personajes, que van cometiendo errores, ganando y perdiendo, aprendiendo cosas y cambiando, en una constante evolución y travesía de autodescubrimiento y autorrealización. Sus impedimentos y limitaciones, sus frustraciones, sus traumas y también sus virtudes, habilidades y astucia, puesto todo al servicio de la supervivencia, mientras deben interactuar entre sí, crear alianzas, equipos y contactos, pero también se generan odios, competencia, enemistades y venganzas; nuevamente todo eso aporta al realismo de la obra, y también a darle el contexto y la consistencia que una historia así necesita y merece





Temáticas como la discriminación, racismo, clasismo, machismo, homofobia, la violencia, el abuso de poder, la guerra, la injusticia, el fanastismo religioso, la corrupción, la intolerancia y el engaño, se vuelven moneda corriente a lo largo de esta serie, para intentar introducir dentro de la mente de los espectadores estos mensajes implícitos con una gran carga de crítica social y cuestionamiento moral. Dentro de todo es una oda a la diversidad humana y a nuestra esencia más pura como especie y como sociedad.







La presión social, tanto de la opinión pública como del núcleo familiar más directo, las apariencias, el rechazo y la frustración también son temáticas que se tocan seguido en esta serie, al igual que en la obra original escrita. El poder y la fuerza de voluntad de uno mismo ante las adversidades y para superar los conflictos y la injusticia, y el demostrarle a los demás que uno puede, todo eso es parte del componente más elaborado y profundo que se esconde detrás de momentos épicos, zombies, dragones, gigantes y lobos huargos.




A pesar de lo que se diga sobre todo lo fantasioso y bizarro que se pueda ver en una serie donde su punto fuerte es el factor realista, pero que de vez en cuando te calza elementos mágicos, hay que reconocer que muchos de estos elementos fantásticos terminaron siendo parte del imaginario colectivo, de la cultura popular. Conceptos como La Madre de los Dragones, o su palabra "Dracarys", los Caminantes Blancos (White Walkers en inglés), que en los libros son nombrados como "los Otros", los niños del bosque, los místicos seguidores del dios del fuego R'hllor, o los hombres sin rostro que adoran al Dios de los Muchos Rostros, el verde Fuego Valyrio o la enfermedad de la psoriagris, el Muro de Hielo, el Trono de Hierro y el renacido  Gregor Clegane... El Rey de la Noche, el Cuervo de Tres Ojos y los cambiapieles. Son todos conceptos mágicos de esta franquicia que se convirtieron en marcas registradas e incluso en memes





Y por último, antes de ir directamente a los palazos, se trata de una historia llena de metáforas y poesía, una bella obra épica de tragedia, de amor, de muerte y de esperanza, movida por la venganza, la sed de justicia, los egos, la traición, los intereses familiares, la fraternidad, el honor y un sinfín de sentimientos y conceptos tan contrarios como complementarios a la hora de elaborar un complejo entramado de personajes, situaciones, consecuencias y resultados que terminan siendo irresistibles para el público de hoy en día, logrando que se haya convertido en una de las series más aclamadas y exitosas de la historia del entretenimiento en la pantalla chica, ya sea por televisión por cable o por internet. Y al mismo tiempo elevando la obra literaria original hacia niveles que el mismo escritor no hubiese imaginado antes.






Lamentablemente, y a medida que las expectativas de los espectadores iban aumentando, en el momento en que se quedaron sin el material original por escrito para continuar basándose en algo ya hecho antes por el autor, todo comenzó a ir en picada. La sexta temporada, que comienza con el más descarado fanservice, tiene también momentos muy buenos, como la Batalla de los Bastardos, que hacen que valga la pena verla. Sin embargo, la sexta temporada es el nexo entre lo que fueron sus temporadas anteriores y lo que terminaría siendo la serie en sus dos últimas temporadas.

Luego de un año entero sin tener capítulos nuevos de Juego de Tronos, llega la séptima temporada, que trae más acción, menos muertes significativas, y muy pocos de esos momentos inesperados y sorpresivos que caracterizaban a los capítulos más icónicos de las primeras temporadas, y significaban la esencia más pura de la historia. El fanservice abunda mucho más en la séptima, pero aún no era lo peor.

Este año llegó la última temporada, la octava, la que daría lugar al final de la serie. Y si la temporada siete había sido aburrida y con poco material interesante para apreciar y disfrutar, la octava fue demasiado rápida, todo ocurre de forma apresurada, y no dan tiempo a que se digiera qué está ocurriendo o a que se desarrollen mejor muchos aspectos importantes para la trama. Aún así y con una temporada final llena de tropezones e incongruencias, la serie logra llegar a un muy esperado capítulo final que mejora bastante el nivel de todo lo que venía ocurriendo últimamente.





Muy a pesar de todo lo malo,  la verdad es que el último episodio de esta serie me gustó mucho. Todo lo que ocurre me parece lo más lógico y lo mejor que podía pasar dentro del rumbo que le dieron a la serie los jeropas de David Benioff y Daniel Weiss.

De hecho, creo que este último fue el mejor capítulo de lo que fue la peor temporada de la serie.

Si alguien quiere debatir acerca de esto, a favor o en contra, de forma respetuosa y con madurez; con mucho gusto le espero en los comentarios (porque sé que este tipo de declaraciones pueden generar reacciones fuertes por parte de la fanaticada de la franquicia).
Por mi parte solo diré que terminé el capítulo con una sonrisa y conforme con lo que vi. Dos temporadas horribles (la séptima y octava) culminaron con un buen final, para mi alivio. Y así, salvando la poca dignidad que le estaban dejando a lo que alguna vez fue la serie más vista y más exitosa de la historia de la televisión de ficción. 



Sexo, sangre, gore, desnudos, mutilaciones, y muchas tetas.
Volviendo, ahora , al tema de las escenas sexuales y sangrientas, hay que aclarar algo.
La serie no tiene escenas de pornografía explícita, pero sí hay escenas eróticas y situaciones claramente sexuales, además de muchos desnudos (te muestran por lo menos un par de tetas por episodio, a veces también un culo, sea de mujer o de hombre, da igual... y con un poco de suerte, a veces muestran algo más). Y eso también le da más realismo a la historia, porque el sexo es algo de todos los días, natural y cotidiano. En la historia se utiliza para mostrar el romanticismo y el amor, pero también para mostrar al sexo como moneda de cambio, como explotación humana (en la prostitución), como forma de demostrar poder y sometimiento, o incluso como forma de humillar, obviamente estas dos últimas en los casos de violación. Más allá de mostrar un desnudo o una escena sexual, más allá de lo obvio y explícito, la sexualidad es aprovechada como metáfora de diferentes situaciones y realidades que la serie muestra.




Al mismo tiempo, y también es utilizado como un recurso para mostrar con crudeza y sin filtros diferentes realidades, la serie cuenta con varias escenas de violencia explícita, mostrando mucha sangre, torturas, mutilaciones, e incluso muertes en combate. Con estas imágenes impactantes, se busca sensibilizar a la gente sobre diferentes tipos de injusticias que, más allá de la serie, se han cometido y se siguen cometiendo a día de hoy en el mundo real en el que vivimos.

Aún así, tanto las escenas sexuales como las de gore, están muy bien logradas, y también parecen bastante realistas... Aportando ese mismo realismo a la historia que se narra. 






Bueno, en resumen, una historia compleja y realista, una gotita de fantasía pero no muy relevante, personajes inusuales y poco comunes con los que es fácil sentirse identificado/a, con ideales, personalidades y psicologías muy trabajadas y bien logradas, situaciones muy realistas, mucha tragedia, mucha sangre y sexo a cada rato. ¿Qué más se puede pedir?
Para mí, Game of Thrones tiene la receta ideal para una serie perfecta.

No es necesario aclarar que la recomiendo totalmente.


Dejo por acá un par de videos, a modo de resumen, u homenaje, recopilando varios momentos entretenidos de la serie:






¿Fan de Game of Thrones? ¿Qué te pareció el final? ¿Y la serie en general? Estaré leyendo comentarios, y por el momento me despido... ¡Hasta luego!

The Great Piccolo

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