Octubre es el mes de Halloween, y por eso mucha gente la utiliza como mes temático del terror. Mañana es Halloween, y para este mes de octubre, en la sección de literatura de este blog no podía faltar el REY del terror, el escritor vivo más reconocido por dar vida a un montón de historias terroríficas que primero nos llegaron escritas en papel, pero que luego muchísimas terminaron representadas en el cine. Sí, gente, estoy hablando del genial Stephen King.
Título Original: Gerald´s Game.
El Juego de Gerald, en español.
Año: 1992.
Autor: Stephen King.
Géneros: Suspenso, drama, terror, supervivencia.
Título Original: Gerald´s Game.
El Juego de Gerald, en español.
Año: 1992.
Autor: Stephen King.
Géneros: Suspenso, drama, terror, supervivencia.
Me da mucha satisfacción, y he de reconocer que también un poco de nostalgia, hacer una reseña y recomendar este libro, ya que fue lo primero que leí de Stephen King, por allá, en el año 2009, hace exactamente diez años. Yo tenía 19 años, y si bien ya había visto varias películas basadas en las novelas de Stephen King, no conocía el verdadero terror.
Para empezar, esta no es de las obras más conocidas de King, como sí lo son El Resplandor, Eso, Cementerio de Animales, Carrie o La Torre Oscura, todas con versiones cinematográficas o televisivas, algunas más decentes, otras más mediocres, e incluso algunas contando ya con remakes o versiones actualizadas. De hecho, El Juego de Gerald en ese entonces no tenía su versión cinematográfica, que fue hecha recién en 2017 por Netflix (y que en breve también criticaré y recomendaré en este blog).
Para ser mi primer novela de King, me la jugué, porque no había más referencia que la misma novela, cuando la mayoría empieza por las más populares, por haber visto la película, o porque ya es mucho más conocida su trama. Pero un buen amigo que tenía en esa época, y que fue mi amigo durante más de una década, se dedicaba a recomendarme muy buenas películas (así lo conocí), series, música y libros. Él era (y supongo que sigue siendo) muy, muy fanático de Stephen King, y me dijo que había terminado de leer esta novela. Apenas me contó de qué se trataba, la conseguí de inmediato, captó por completo mi intención al instante.
En esa época yo era socio de un servicio de alquiler de libros, que tenía pocos títulos, pero de casualidad tenían este. Lo pedí y me lo devoré. Descubrí que Stephen King tiene una forma de narrar, de describir, tanto situaciones, como personajes y lugares, y una manera de meterte en ambiente, que es muy difícil que puedan emularlo en una adaptación con actores, y la gran mayoría de películas basadas en sus libros suelen fallar debido a este pequeño gran detalle.
Al no contar con una película basada en este libro en esa época, año 2009, la única manera de conocer la historia era leyendo la única versión disponible, la novela.
La trama es tan simple como original, y atrapante. Esta desventura nocturna en solitario narra el horrible caso de Jessie Mahout, una mujer que viaja junto con su esposo a una cabaña de vacaciones ubicada en una zona forestal alejada de la civilización. Allí, Gerald Burlingame (el esposo), le propone un juego erótico en el que debe esposarla a los barrotes de la cabecera de la cama. A pesar de que la situación le resulta algo extraña, al final Jessie termina aceptando. El conflicto ocurre cuando el sujeto muere repentinamente (no voy a explicar cómo, no quiero arruinar detalles trascendentales de la trama) y la pobre mujer queda esposada a la cama, completamente sola y desnuda, en una casa en el medio del bosque, sin rastros de civilización a kilómetros de allí, durante la noche y con algunos sujetos macabros que rondan ese lugar a esas horas.
Como dije antes, la habilidad que ha desarrollado King para meter a los lectores en situaciones espantosas es tal, que es inevitable sumergirse en la desesperación, el miedo, la incertidumbre y la impotencia que experimenta la protagonista de esta obra. Además, el desarrollo de personajes, con sus respectivos traumas, conflictos, defectos, virtudes y memorias, es simplemente maravilloso.
La novela tiene a varios personajes que ofician momentáneamente de protagonistas en diferentes momentos de la historia. Además de Jessie, la gran protagonista, y sus "otras yo", alter egos que conviven con ella y ofician de "voz de la consciencia" durante toda su aterradora experiencia de supervivencia; también podemos entrar en la cabeza de un detective que está investigando un perturbador caso relacionado con un muy peculiar delincuente con tendencias caníbales, e incluso en la cabeza de un perro vagabundo de la zona. Y lo increíble de todo esto, es que King logra convencerte de que quien está narrando su vida es una mujer de clase media-alta con estrés postraumático y T.I.D. debido a un abuso sexual en su infancia, o un perro indigente que busca alimento mientras recibe golpes y el rechazo de la gente del pueblo.
Los momentos de horror te hielan los huesos, los momentos de suspenso te dejan con mucha tensión, y los momentos de gore son muy gráficos, a pesar de estar descritos por escrito. Yo soy alguien difícil de impresionar con sangre y triperío, y aún así hubo una escena de este libro que logró revolverme el estómago y hacerme sentir mal.
Otro aspecto de la forma de escribir que tiene King y que a mí me fascina es esa facilidad para colocar detalles sin importancia pero precisos sobre lo cotidiano, mezclándolo de una manera muy orgánica con los acontecimientos terroríficos o, en ciertos casos, paranormales; y que esto, lejos de arruinar la atmósfera, la enriquece mucho más, y te da esa falsa sensación de que todo lo que te cuenta es muy realista y que incluso podría llegar a pasar.
Sin lugar a dudas es un genial viaje, oscuro y tenebroso, donde la protagonista no solo deberá enfrentarse a un perro hambriento y a un individuo extraño y deforme que vaga por el bosque, sino que también debe enfrentar internamente a sus diferentes personalidades y "fantasmas" del pasado, que se le presentan para atormentarla durante una travesía psicológica de introspección y autoanálisis.
Para empezar, esta no es de las obras más conocidas de King, como sí lo son El Resplandor, Eso, Cementerio de Animales, Carrie o La Torre Oscura, todas con versiones cinematográficas o televisivas, algunas más decentes, otras más mediocres, e incluso algunas contando ya con remakes o versiones actualizadas. De hecho, El Juego de Gerald en ese entonces no tenía su versión cinematográfica, que fue hecha recién en 2017 por Netflix (y que en breve también criticaré y recomendaré en este blog).
Para ser mi primer novela de King, me la jugué, porque no había más referencia que la misma novela, cuando la mayoría empieza por las más populares, por haber visto la película, o porque ya es mucho más conocida su trama. Pero un buen amigo que tenía en esa época, y que fue mi amigo durante más de una década, se dedicaba a recomendarme muy buenas películas (así lo conocí), series, música y libros. Él era (y supongo que sigue siendo) muy, muy fanático de Stephen King, y me dijo que había terminado de leer esta novela. Apenas me contó de qué se trataba, la conseguí de inmediato, captó por completo mi intención al instante.
En esa época yo era socio de un servicio de alquiler de libros, que tenía pocos títulos, pero de casualidad tenían este. Lo pedí y me lo devoré. Descubrí que Stephen King tiene una forma de narrar, de describir, tanto situaciones, como personajes y lugares, y una manera de meterte en ambiente, que es muy difícil que puedan emularlo en una adaptación con actores, y la gran mayoría de películas basadas en sus libros suelen fallar debido a este pequeño gran detalle.
Al no contar con una película basada en este libro en esa época, año 2009, la única manera de conocer la historia era leyendo la única versión disponible, la novela.
La trama es tan simple como original, y atrapante. Esta desventura nocturna en solitario narra el horrible caso de Jessie Mahout, una mujer que viaja junto con su esposo a una cabaña de vacaciones ubicada en una zona forestal alejada de la civilización. Allí, Gerald Burlingame (el esposo), le propone un juego erótico en el que debe esposarla a los barrotes de la cabecera de la cama. A pesar de que la situación le resulta algo extraña, al final Jessie termina aceptando. El conflicto ocurre cuando el sujeto muere repentinamente (no voy a explicar cómo, no quiero arruinar detalles trascendentales de la trama) y la pobre mujer queda esposada a la cama, completamente sola y desnuda, en una casa en el medio del bosque, sin rastros de civilización a kilómetros de allí, durante la noche y con algunos sujetos macabros que rondan ese lugar a esas horas.
Como dije antes, la habilidad que ha desarrollado King para meter a los lectores en situaciones espantosas es tal, que es inevitable sumergirse en la desesperación, el miedo, la incertidumbre y la impotencia que experimenta la protagonista de esta obra. Además, el desarrollo de personajes, con sus respectivos traumas, conflictos, defectos, virtudes y memorias, es simplemente maravilloso.
La novela tiene a varios personajes que ofician momentáneamente de protagonistas en diferentes momentos de la historia. Además de Jessie, la gran protagonista, y sus "otras yo", alter egos que conviven con ella y ofician de "voz de la consciencia" durante toda su aterradora experiencia de supervivencia; también podemos entrar en la cabeza de un detective que está investigando un perturbador caso relacionado con un muy peculiar delincuente con tendencias caníbales, e incluso en la cabeza de un perro vagabundo de la zona. Y lo increíble de todo esto, es que King logra convencerte de que quien está narrando su vida es una mujer de clase media-alta con estrés postraumático y T.I.D. debido a un abuso sexual en su infancia, o un perro indigente que busca alimento mientras recibe golpes y el rechazo de la gente del pueblo.
Los momentos de horror te hielan los huesos, los momentos de suspenso te dejan con mucha tensión, y los momentos de gore son muy gráficos, a pesar de estar descritos por escrito. Yo soy alguien difícil de impresionar con sangre y triperío, y aún así hubo una escena de este libro que logró revolverme el estómago y hacerme sentir mal.
Otro aspecto de la forma de escribir que tiene King y que a mí me fascina es esa facilidad para colocar detalles sin importancia pero precisos sobre lo cotidiano, mezclándolo de una manera muy orgánica con los acontecimientos terroríficos o, en ciertos casos, paranormales; y que esto, lejos de arruinar la atmósfera, la enriquece mucho más, y te da esa falsa sensación de que todo lo que te cuenta es muy realista y que incluso podría llegar a pasar.
Sin lugar a dudas es un genial viaje, oscuro y tenebroso, donde la protagonista no solo deberá enfrentarse a un perro hambriento y a un individuo extraño y deforme que vaga por el bosque, sino que también debe enfrentar internamente a sus diferentes personalidades y "fantasmas" del pasado, que se le presentan para atormentarla durante una travesía psicológica de introspección y autoanálisis.
La recomiendo mucho, es dinámica, es perturbadora, es cruda, es realista y tiene una narración excelente. Además cuenta con un desenlace digno de un aplauso de pie (para quienes se quejan de los finales de las novelas de Stephen King).
Por último, y como es costumbre en esta sección, dejaré un fragmento del libro. Si aún no lo leíste, es muy probable que no entiendas absolutamente nada, pero sirve para que veas qué tipo de narrativa maneja, y para que te dé curiosidad por saber qué está ocurriendo en la historia con todos esos personajes tan distintos, al mismo tiempo:
Por último, y como es costumbre en esta sección, dejaré un fragmento del libro. Si aún no lo leíste, es muy probable que no entiendas absolutamente nada, pero sirve para que veas qué tipo de narrativa maneja, y para que te dé curiosidad por saber qué está ocurriendo en la historia con todos esos personajes tan distintos, al mismo tiempo:
"Sus ojos fueron más allá del pendiente y se detuvieron en un punto del suelo de la parte interior de la puerta del pasillo delantero.
Había allí una manchita de sangre, pero no fue la sangre lo que llamó su atención. La sangre pertenecía a Gerald. La sangre no tenía nada de chocante. Lo que preocupó a Jessie fue la huella de pisada que había junto a la mancha de sangre.
«Si hay una huella ahí, ¡estaba antes!».
Pero por mucho que Jessie deseara creer eso, la verdad es que la pisada no estaba antes. El día anterior ni siquiera la huella de una pantufla mancillaba el suelo, así que mucho menos una pisada. Ni Gerald ni ella dejaron la que estaba mirando en aquel momento. Tenía la forma de un zapato, en barro seco, que probablemente sería del camino cubierto de maleza que serpenteaba por la orilla del lago a lo largo de kilómetro y medio, para después adentrarse en la arboleda y atajar en dirección sur,hacia Motton.
Al parecer, alguien había estado la noche anterior con ella en el cuarto, después de todo.
Cuando la idea se afincó inexorablemente en su cerebro tenso y superagotado, Jessie empezó a chillar. Fuera, en el porche trasero, el perro vagabundo levantó de entre las patas, durante unos segundos, su rasguñado hocico. La oreja buena se erizó, vertical. Pero el perro en seguida perdió su interés y bajó la cabeza de nuevo. No se trataba de un ruido originado por algo peligroso, al fin y al cabo; era sólo el amo hembra. Además, el olor de la cosa oscura que había llegado por la noche estaba ahora sobre ella, sobre el amo hembra. Era un olor con el que el perro vagabundo estaba familiarizado. Era el olor de la muerte.
El antiguo Príncipe cerró los ojos y volvió a dormirse. "Por el momento me despido hasta una próxima crítica, reseña, recomendación. ¡Hasta luego!
The Great Piccolo
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