lunes, 27 de enero de 2020

Hablemos de Identidades de Género - Parte 1


Por Victoria


En nuestra sociedad actual, occidental, eurodescendiente y con una cultura fuertemente influenciada por las religiones abrahámicas (judíos, cristianos y musulmanes), una de las tantas cosas que se nos inculcan e imponen desde que nacemos, es la creencia que dictamina que la especie humana está dividida únicamente en dos géneros. Mujer y hombre, hembra y macho, señorita y señor, vagina y pene.
Este régimen binario que nos imprimen en el cerebro desde que abrimos los ojos y respiramos por primera vez, está basado en creencias antiguas que se leen en libros canónicos de religiones primitivas, pero no se asoma demasiado a la realidad biológica o genética.

Un ejemplo biológico que se escapa a esta regla binaria son las personas intersexuales, que nacen con cuerpos, genitales y genes que no pueden identificarse naturalmente dentro del género femenino o masculino, aunque de todas formas lo categorizan por la fuerza en uno de los dos, sin tener en cuenta al pobre bebé recién nacido, que aún no puede decidir qué van a hacerle a su inocente cuerpito.

Otro ejemplo, aunque más psicológico, intelectual o sentimental es el de la gente que se considera de "género no binario".

Las personas de género no binario, al igual que las personas agénero, son justamente individuos que no sienten comodidad perteneciendo a ninguno de los dos géneros del sistema binario; ni al que se le asignó al nacer ni al "opuesto" o "complementario".
Es así como estas personas no se hallan ni en la categoría de mujer ni de hombre, a diferencia de las personas trans, que siguen transitando por el camino de los géneros binarios.

Al no sentirse cómodas con ninguno de los dos géneros tradicionales, las personas de género no binario, agénero o de género neutro suelen no preocuparse demasiado por seguir la norma establecida de qué apariencia debe tener un hombre o una mujer, o qué actitudes o formas de hablar, actuar o vestir deben tener según su género. Algunas de estas personas pueden optar por "lookearse" con una estética ambigua o neutra, que no defina de manera explícita un género definido, o incluso existen quienes sí conservan una apariencia que define a uno de los dos géneros, pero viven una vida despreocupada con respecto a seguir los estándares conductuales que debe seguir el género con el que los demás le identifican.

Otro ejemplo son las personas de género fluido, quienes van cambiando su apariencia o su comportamiento según cómo se vayan sintiendo a lo largo de su vida, optando por periodos identificarse más con un género u otro, o incluso con una combinación de ambos o ninguno.

La libertad y la diversidad van de la mano. No se puede pensar en la libertad sin aceptar que existe la diversidad.


Más adelante seguiré explicando más acerca de este tema, esto fue una simple introducción. Muchas gracias por leer.

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