jueves, 4 de julio de 2019

Hablemos de Cine: Toy Story [Crítica, recomendación y anécdotas]

La semana pasada se estrenó Toy Story 4, la cuarta parte de una saga cinematográfica que tiene ya 24 años. La primer entrega de Toy Story se estrenó en el año 1995, siendo el primer largometraje creado íntegramente con la tecnología CGI, además de ser la primer película de los estudios Pixar ya como adquisición de Walt Disney Pictures. Yo fui a verla ayer, porque, además de ser una franquicia cinematográfica muy buena y que me gusta mucho, también tengo una historia especial y muy personal con esta saga de películas animadas.

La premisa es simple. La historia nos muestra qué ocurre en la habitación de un niño estadounidense llamado Andy, un fenómeno aparentemente mundial que los humanos desconocen e ignoran, y se trata de que los juguetes parecen ser realmente seres vivos que se mueven a voluntad propia cuando los humanos no los están mirando. Muy lejos de ser la trama de una película de terror, en general estos juguetes tienen una especie de instinto intrínseco que les dicta que deben estar al servicio de todos los niños del mundo, para que estos jueguen con ellos y así puedan ser felices. La primera película nos contaba la historia de un muñeco estilo cowboy llamado Woody, que era el favorito de Andy, y que peligraba su lugar de privilegio ante la llegada de Buzz Lightyear, un muñeco de un astronauta aventurero que ignoraba ser un juguete y estaba convencido de ser un astronauta real.

Con el pasar de las diferentes secuelas, este grupo de aproximadamente diez juguetes pertenecientes a Andy, dentro de los cuales hay un tiranosaurio rex, una alcancía con forma de cerdo, un perro resorte, un auto de Fórmula 1 a fricción y el famoso Señor Cara de Papa, enfrentaban diferentes peligros y adversidades, al mismo tiempo que se cuestionaban cosas muy existencialistas y trascendentales, como por ejemplo, quiénes son, para qué existen, por qué están vivos, cuál es su misión en el mundo y cómo pueden hacer felices a los niños, además de sus propias relaciones de amistad, rivalidad, celos, fraternidad y equipo.


Sin lugar a dudas Toy Story fue un antes y un después en la historia del cine animado, y del cine en general. Tanto por la tecnología y los efectos especiales pioneros que presentó, como por las temáticas que tocaba en cada una de sus entregas.

Yo tengo una historia especial con esta saga. La primer película de Toy Story, que se estrenó en el año 1995, fue la primer película que yo fui a ver al cine. Yo tenía cinco años, y Toy Story fue mi primer experiencia dentro de un cine, que además no era cualquier cine. Esta la vi en el legendario y, muy lamentablemente, extinto cine Trocadero de Montevideo, Uruguay. Esta experiencia tan maravillosa y épica para un niño de cinco años me marcó de manera muy especial, y por eso tengo este cariño tan particular hacia esta saga. Por esta razón, tengo la obligación emocional de verlas siempre en la pantalla grande.

Además de todas las cuestiones técnicas y visuales que hicieron que me volara la cabeza cuando la vi por primera vez, la franquicia de Toy Story fue algo novedoso por su contenido y la película en sí está muy buena. Habla de cómo percibimos lo que somos a través de lo que los demás nos dicen qué somos o qué debemos ser, y el autodescubrimiento que nos lleva a darnos cuenta de quiénes somos en realidad. Habla de engaños y verdades, de diferentes realidades, habla de amistad, de familia, de cooperación y de sacrificio. Obviamente, tras el éxito era obligatorio que se hiciera una secuela.

La segunda parte, aunque no superó a la original, fue una película muy buena. A mí me gustó mucho, redoblando la apuesta y llevando la temática del autodescubrimiento a lo más básico, los orígenes de cada uno. Así ambos protagonistas, tanto Woody como Buzz ahondan en sus respectivos orígenes y conocen el universo del que proviene cada uno, conociendo también a otros integrantes del mismo sitio de dónde viene cada uno. También se agregan el concepto de hogar y de decisiones en las que uno debe elegir si tener en cuenta u obviar el pasado, y cómo seguir adelante sabiendo la verdad. También se tocan temas como la confianza, la traición y los intereses materiales o financieros que las empresas tienen y que llevan a estos sujetos a mover cielo y tierra con tal de obtener sus finalidades.


Una tercera parte no parecía necesaria, pero aún así sirvió para dar un muy emotivo final a la historia y cerrar un ciclo, afrontando nuevos problemas como el cuestionamiento de la utilidad o la obsolescencia de la gente cuando han terminado de cumplir su función, representando a la gente a través de los juguetes, que ya no tienen razón de ser cuando los niños crecen. Es una interesante metáfora sobre la ancianidad o la jubilación y cómo a quienes serviste durante toda la vida pueden terminar desechándote. También habla de frustraciones, venganza, la esperanza y el estar unidos como equipo hasta en los momentos más difíciles. Comprender el mundo y sus peligros, y hasta habla de buscar nuevas razones para seguir viviendo y seguir encontrándole un sentido a la existencia. Muy emocional y el final que la franquicia se merecía, especialmente para quienes la habíamos seguido desde el principio.

Esto parecía que iba a ser todo, pero cuando se empezó a anunciar una cuarta parte, yo me pregunté ¿Para qué? Consideraba que ya no era necesario que siguieran con esta saga. Estaba completamente seguro de que la historia de Toy Story ya había terminado y que se había ido por la puerta más grande, llena de aplausos y ovaciones, con la tercera parte.

Creía firmemente que seguir explotando esta franquicia ya no tenía sentido, que era imposible mejorarla más, y que por lo tanto, esta decisión de hacer una cuarta tan solo podía llevarla a la decadencia y arruinar todo. Esperaba profundamente que al final desistiesen y no terminasen convirtiendo a Toy Story en lo que convirtieron a otra saga que empezó bien y terminó horrible, la Era del Hielo, con su afán por sobreexplotar algo que estaba bien antes de que los ejecutivos comenzaran a ver todo con símbolos de dólar en sus pupilas.

Pero Pixar y Disney no desistieron, y Toy Story 4 se hizo, y se estrenó.

Título: Toy Story 4
Año: 2019
País: Estados Unidos.
Dirigida por: Josh Cooley.
Productoras: Walt Disney Pictures y Pixar Animation Studios.
Protagonizan: Tom Hanks, Tim Allen, Tony Hale, Annie Potts, Christina Hendricks, Keanu Reeves, Keegan-Michael Key, Jordan Peele, Joan Cusack, Madeleine McGraw, entre otros.



Y en realidad, muchos pensábamos igual, que la tercera parte había cerrado el ciclo de la historia de estos personajes, y que era el final definitivo de esta travesía. Sin embargo, después de haber visto esta cuarta entrega, me doy cuenta de que esta sí es el final definitivo que la saga necesitaba

Toy Story 4 es la película de Toy Story que no era necesario hacer, pero que fue útil, y quedó bien. Quizás no es la mejor de las cuatro, quizás no es la más emotiva, pero es una muy buena película, y era necesaria para darle cierre a toda esta mitología de los juguetes que cobran vida cuando nadie los ve.

Lo primero y más básico y simple que se puede apreciar es cuánto ha avanzado y mejorado la animación, "los gráficos" como decimos los milenials, digamos la estética. Las texturas, las expresiones faciales, los fondos, la iluminación, cada pequeño detalle. Al principio, apenas empieza la película, hay una escena que transcurre durante una noche lluviosa... Que me dejó maravillado, parecía lluvia real. Las gotas de la lluvia, las diferentes texturas de los cuerpos de los muñecos, mojadas, el plástico, la tela, la goma, el cartón, el agua corriendo por las canaletas y las hojas flotando encima, y la iluminación de lámparas y linternas en la noche. Esa pequeña cucharada de muestra me fascinó. 

Luego de ver el excelente trabajo de animación, de actuación y de fotografía, me di cuenta de que la trama de esta película es quizás la más madura de las cuatro. Todo gira alrededor de la idea que tiene Woody de cómo tiene que ser todo, y a su vez cómo otros personajes le muestran que la vida no es blanco o negro, sino que hay diferentes opciones y formas de vivir la vida. En especial Betty, que regresa luego de su ausencia en la tercera película, para ser el contrapunto dentro de la visión tan cerrada que tiene Woody de cómo debería ser todo. Además, también nace este personaje llamado Forky, que sirve de metáfora del monstruo de Frankenstein, cuestionando la vida, la existencia misma y el rol de cada uno en el cosmos. Una película muy existencialista, que si los adultos leemos entre líneas, más allá de la parte de aventura y humor para los más chiquitos, veremos cómo trata sobre cuestionar el estilo de vida que nos inculca la cultura de la sociedad en la que vivimos, y poder elegir caminos diferentes al "recto y normal".



Por la parte de la aventura es muy entretenida, el humor está mucho más afinado, y los personajes nuevos que aparecen son todos un acierto, destacando a Forky (Tony Hale), Duke Kaboom (Keanu Reeves) y a los geniales Ducky y Bunny (el conocido dúo humorístico de Keegan-Michael Key y Jordan Peele). 

Además, tengo que remarcar la excelente música que tiene esta película, y advertir a la gente más sensible que existen muchas probabilidades de que se te escapen las lágrimas con el final. Quizás no es tan emotivo como la parte más crucial de la tercera, pero es diferente y es otro tipo de emocionalidad la que maneja. Sinceramente creo que esta película está hecha más como un homenaje a aquellos niños que seguimos la saga desde el comienzo y que ahora somos adultos, incluso en edad de ser padres (y muchos seguramente ya lo sean). Ya que le encontré menos contenido infantil y más material emocionalmente maduro. Y en cierto punto incluso le encontramos Joaco y yo (quien me acompañó en este último tramo de esta gran aventura) un paralelismo bastante interesante con otra película que ya reseñé en este blog, La Langosta. Por su mensaje de cuestionar convenciones culturales y sociales "sagradas" para replantearse si lo que está bien es solamente lo que te dicen que tiene que ser, o si hay variedad de opciones en el abanico de la vida


Realmente la recomiendo, para todos los fans y seguidores de la saga, y ahora sí espero sinceramente que esta sea la última película, porque fue realmente el digno final que se merecía. Todo cierra de manera que agregar más aventuras sería comenzar a sobreexplotar la gallina de los huevos de oro, cuando lo más hermoso sería que las aventuras que siguen después de este broche dorado vivan más que nada en nuestra imaginación.

Dejo este trailer, aunque quizás los avances a veces muestran demasiado, espero que no se arruine nada de lo que verás luego en la película.


Y con esto me despido. Me gustaría saber si también te gusta Toy Story y si opinas lo mismo en cuanto al trasfondo de la película. Nos leeremos pronto.

¡Hasta luego!

The Great Piccolo

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