domingo, 21 de julio de 2019

Hablemos de Literatura: Un Mundo Feliz [Crítica - Recomendación]

El 26 de julio se cumplen años del nacimiento de Aldous Huxley, escritor y filósofo británico, miembro de una reconocida familia de intelectuales (es nieto del célebre biólogo evolutivo británico Thomas Henry Huxley, hijo del biólogo Leonard Huxley y hermano de Julian Huxley, un destacado divulgador científico) y conocido por sus novelas y ensayos, en los que ejerció como crítico de los roles, convenciones, normas e ideales sociales. Es considerado  uno de los más importantes representantes del pensamiento moderno.

Por esta razón, hoy voy a reseñar una de sus novelas, quizás la más conocida, famosa y célebre. Yo la leí a fines del 2015, porque alguien que me conocía bien me lo regaló para mi cumpleaños. Realmente me parece una verdadera obra de arte, y uno de los libros que recomiendo y considero de mis favoritos.

Título Original: Brave New World.
En español se tradujo como "Un Mundo Feliz", aunque la traducción correcta sería algo así como "Un Valiente Nuevo Mundo". Personalmente reconozco que el título modificado en español calza mejor con la trama del libro.
Año: 1932
Autor: Aldous Huxley.
Género: Distopía, Ciencia Ficción, Ficción Política, Novela Filosófica.



Sabemos, gracias a la historia de la humanidad, que los gobiernos de régimen totalitario y fascista no suelen ser muy prósperos, y que sus políticas que suelen atentar en contra de las libertades y derechos de los ciudadanos, no suelen gustar a la mayoría de la gente, o al menos a los miembros de la población que creen en la Libertad individual y plural. Pero... ¿Qué pasaría si de pronto te cuento que un país con gobierno totalitario y fascista tuvo éxito? Que las cosas le salieron bien y lograron no solamente ser productivos y prósperos, si no que también consiguieron que todos sus habitantes pudieran vivir felices, o al menos creer que viven felices, convirtiendo a la población en un modelo humano de comunidad eusocial, el nivel más alto de organización social dentro del reino animal, como las hormigas y abejas. ¿Cómo es eso posible?

Bueno, en realidad no existe un país así en la vida real, pero es el tipo de sociedad que nos describe Huxley en "Un Mundo Feliz". Según relata en esta novela, Inglaterra consiguió esto mediante la ingeniería genética, la selección artificial de humanos, catalogados en castas sociales, condicionados psicológicamente y emocionalmente desde el nacimiento, y mediante drogas y medios de recreación, que generan en las personas la completa sensación de que viven en un paraíso. Incluso la cantidad de horas de trabajo, descanso y divertimento está estudiada para brindarle a la gente la rutina exacta que no permite que uno se queje, se aburra o se estrese. Los tabúes sociales de la humanidad, como por ejemplo la sexualidad, fueron normalizados; la sensación de pertenencia entre personas fue desintegrada, como por ejemplo, las relaciones de familia o de pareja; y se suprimió todo rastro de dogma o creencia religiosa que genere sentimientos negativos y destructivos en los individuos. Dándole prioridad a todo lo que haga al humano sentir placer constantemente, y así poder trabajar y ocupar su lugar en la sociedad para rendir al máximo posible y ser lo más productivo posible.

¿Suena como una locura? Se ha catalogado a esta novela como una "distopía", ya que visto desde afuera de ese sistema, podemos notar la manipulación del gobierno hacia los ciudadanos, cómo se limitan sus derechos, sus libertades e incluso su visión de la realidad, y cómo se los engaña y explota para que sirvan a la maquinaria del Estado.
Sin embargo, si se lo ve desde el punto de vista de quienes viven dentro de ese sistema, de esa realidad, casi no hay quejas. La mayoría de la gente vive sus vidas dentro de esa ilusión, de esa sensación de felicidad, satisfacción y placer constante, sin enfermedades, sin envejecer, sin problemas de ningún tipo, a cambio del ignorado y estúpido costo del conformismo. Incluso cuando los más inteligentes y avispados se dan cuenta del macabro o aburrido sistema del que forman parte, son enviados a vivir a una lejana isla (Las Falklands) junto con los demás iluminados, un reducido grupo de intelectuales rebeldes que rechazan esa vida estúpida e ignorante de cíclico y aburrido conformismo.
Y si lo vemos desde un punto de vista biológico, la especie funciona perfectamente así, con todos los miembros trabajando de forma productiva para mantener en orden y armonía a la sociedad, para preservar la supervivencia, y para obrar en pro del avance. Es incluso beneficioso desde una óptica ecológica.
Por ende, todo el mundo sale ganando en esta tan estudiada y aparentemente perfecta ecuación. Convirtiendo a esta historia, quizás, en una utopía.

Sin embargo, no deja de ser un sistema macabro que ha ideado la forma de tener a todo el mundo controlado, sin pensar demasiado, o pensando lo que se le dicta que deben pensar, y lo que deben sentir, cuándo y cómo sentir, o actuar, o no actuar. Incluso se programa la cantidad de nacimientos, que son todos por vías "industriales", artificiales, asexuadas y en función a las necesidades del sistema. Se programa también las características de las diferentes castas, marcando incluso desde antes de su nacimiento el destino de cada persona, su función en el sistema y su lugar en la sociedad, con respecto a los demás ciudadanos. Detrás de la fachada de alegría, sonrisas, placer y diversión, se esconde una factoría que utiliza a los seres humanos como piezas al servicio de una gran máquina, vigilada, controlada y custodiada, además de dirigida, por un reducido grupo de élite que decide qué se censura, qué se enseña, qué se oculta y qué se modifica.

Esta ambigüedad, esta dualidad entre lo que es práctico y lo que es ético, entre lo que es beneficioso y lo que es moral, entre las diferentes visiones de qué está bien y qué está mal, es el debate filosófico y humanista que desata Huxley a través de su obra. ¿El fin justifica los medios? ¿Vale la pena perder la libertad a cambio de la felicidad? ¿Vale la pena no conocer la verdad de la realidad a cambio de productividad y armonía? ¿La humanidad es realmente caótica por naturaleza y se necesita de este tipo de totalitarismo para poder alcanzar la verdadera paz? Se trata de un debate muy interesante el que plantea el autor con esta propuesta, presentada como la historia de un puñado de personajes que viven, interactúan y se cuestionan cosas diferentes en este mundo futurista.

Muy recomendable, a mí me interesó bastante la visión del autor siendo que el libro es tan antiguo y cómo juega con los diferentes conceptos que manejan en ese futuro ficticio en contraposición a los conceptos que tenemos hoy en día en la vida real, acerca de la familia, el sexo, el amor, la vejez, la muerte, la visión de dios y la religión, y otros elementos cotidianos de nuestras vidas.

Simplemente lo recomiendo para quien guste de este tipo de historias donde se pone a los humanos en contextos sociales hipotéticos distintos a todo lo que hemos visto hasta el momento en la historia de nuestra especie.

Y como adelanto, dejo por acá una parte que me encanta de este libro, es un diálogo entre los eruditos del gobierno de esta sociedad "distópica" y "El Salvaje", un chico que vivió lejos de este sistema, en un entorno similar al de las primeras civilizaciones humanas primitivas:

"
—Entonces, ¿usted piensa que Dios no existe? —preguntó el Salvaje.
—No, yo creo que probablemente existe un dios.
—Entonces, ¿por qué...?
Mustafá Mond le interrumpió.
—Pero un dios que se manifiesta de manera diferente a hombres diferentes. En los tiempos premodernos se manifestó como el ser descrito en estos libros. Actualmente...
—¿Cómo se manifiesta actualmente? —preguntó el Salvaje.
—Bueno, se manifiesta como una ausencia; como si no existiera
en absoluto.
—Esto es culpa de ustedes.
—Llámelo culpa de la civilización. Dios no es compatible con las máquinas, la medicina científica y la felicidad universal. Es preciso elegir. Nuestra civilización ha elegido las máquinas, la medicina y la felicidad. Por eso tengo que mantener estos libros encerrados en la caja fuerte. Resultan indecentes. La gente quedaría asqueada si...
El Salvaje le interrumpió.
—Pero, ¿no es natural sentir que hay un Dios?
—Lo mismo se podrá preguntar si es natural cerrar los pantalones con cremallera—dijo el Interventor sarcásticamente—. Me recuerda a otro de los antiguos llamado Bradley. Definía la filosofía como la invención de una mala razón para lo que creemos instinto.
¡Como si todo se creyera por instinto! Uno cree las cosas porque ha sido condicionado para creerlas. Inventar malas razones para lo que se cree por otras malas razones: tal es la filosofía. La gente cree en Dios porque ha sido condicionada para creer en Dios.
—Pero todo es lo mismo—insistió el Salvaje—es natural creer en Dios cuando estamos solos, completamente solos, en la noche, pensando en la muerte…
—Pero la gente ahora nunca está sola—dijo Mustafá Mond—. La inducimos a odiar la soledad y arreglamos sus vidas de modo que casi les es imposible estar solos alguna vez.
El Salvaje asintió sombríamente. En Malpaís había sufrido porque lo habían aislado de las actividades comunales del pueblo; en el Londres civilizado sufría porque nunca lograba escapar a las actividades comunales, nunca podía estar completamente solo."

Una verdadera obra de arte muy bien relatada, con excelente desarrollo de personajes, cuestionamientos existenciales profundos, algo de humor sarcástico y paródico, excelentes diálogos y situaciones bastante entretenidas. También cuenta con cuidadas dosis de comedia, drama y romance, y una pesada cantidad de crítica social.

Me gustaría leer en comentarios si conoces esta obra, si leíste la novela y qué te pareció. Y por el momento me despido ¡Hasta luego!

The Great Piccolo

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