viernes, 21 de junio de 2019

Nuestro granito de arena




¿Cómo podemos hacer para ser más felices y tener más paz?

¿Cómo podemos mejorar nuestra vida en el día a día? 

No es complicado, para acceder a la punta de la montaña lo mejor es empezar por las pequeñas cosas, lo más simple y básico.

Practicar el respeto por quienes no le hacen daño a los demás, ser tolerantes con quienes tienen diferencias sin molestar a nadie. La intolerancia irracional y el odio injustificado, le hacen tanto mal a la persona que discrimina como a la que es discriminada de forma injusta.

Tratar con amabilidad a las personas que están prestando un servicio es reconocer, valorar e incentivar su trabajo. Cuando una persona siente que se le reconoce lo que hace de forma positiva, siente ganas de seguir haciendo las cosas bien y algunos hasta de hacerlas cada día mejor y superarse. Si todas las personas que desempeñan una labor de servicio comienzan a recibir halagos por su trabajo, un gran porcentaje podría querer hacer su trabajo cada vez mejor y, al mejorar su desempeño, la sociedad se vería favorecida. Es un círculo progresivo.

Actualmente es muy común ver que la gente habla únicamente para criticar cuando los demás hacen las cosas mal, pero es muy raro que la gente hable para felicitar a los demás cuando hacen las cosas bien. Esa mala costumbre nos hunde cada vez más en un pozo de negatividad, en un círculo vicioso de miseria.

La mejor manera de incentivar una evolución como comunidad y como especie es agradecer a las personas que hacen las cosas bien y rechazar a las personas que dedican su vida a molestar, lastimar y destruir la paz y la libertad ajena.

Apreciar las acciones productivas y repudiar la delincuencia.

Siendo estrictos en esta postura, irremediablemente las cosas únicamente pueden mejorar.


Mukalimba Kakaroli Tukutaka

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